El ajedrez ayuda no solo al desarrollo de las
capacidades cognitivas sino que beneficia socialmente al niño, dándole madurez
y contribuyendo rotundamente a mejorar su rendimiento escolar, ya que es un juego de estrategia de mucha profundidad, que requiere
concentración y habilidad del jugador.
Un niño puede empezar a jugar el ajedrez a partir de
los cuatro años de edad. El juego, para él, puede tener distintas
finalidades: diversión y entrenamiento; competición; mejoría de la concentración, la memoria y la creatividad; complemento a la
educación y formación. Además, se reconocen muchos beneficios en las áreas del
desarrollo intelectual, las habilidades y el estado emocional.
Por todo ello, a partir de octubre incluiremos la práctica del ajedrez dentro del catálogo de actividades de Boamente. En BM Formación te proporcionaremos toda la información que necesites sobre esta actividad.
A continuación dejamos un enlace en
el que se puede ampliar información sobre los beneficios del ajedrez en los niñ@s aquí.
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